No sé qué pensar, eres un torbellino, y yo... yo no quiero saber nada de eso, no pretendo volar a ningún sitio, ni sueño con hacer nada extraordinario sino con ser un equilibrio día a día; y me aturdes, saturas mis vías, tratas de erosionar mi razón, y no, no lo quiero así.
Puedes mantener mis ojos abiertos durante horas, despertarme con temores, deshacer todos mis planes... ya lo haces, pero no podrás hacerlo siempre, no siempre existirá este desorden.
El vaivén de cada ánimo lo manejas tú, a veces temeroso, a veces audaz, incomprensible tal vez...
No sé...
Puedes mantener mis ojos abiertos durante horas, despertarme con temores, deshacer todos mis planes... ya lo haces, pero no podrás hacerlo siempre, no siempre existirá este desorden.
El vaivén de cada ánimo lo manejas tú, a veces temeroso, a veces audaz, incomprensible tal vez...
No sé...
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