Sonrisa que rebela
con sus destellos
la sangre que brota
cual enredadera
en vertientes de sueños
que guardan la pupila
entre mínimas brisas
de sordos anhelos.
Está el gesto eterno,
perdido en palabras
del pasado febril
que no trae la calma
para acunar a su ánima
sedienta de esencia
que batalla sin fuerza
contra las llamas.
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