Estamos en guerra;
en mi guerra interior,
inútil e imperceptible,
y en la tuya
de provocación vana.
Estamos en guerra,
tú y yo,
antes idénticos
y ahora borrados
de nuestros mapas.
Estamos en guerra,
cubiertos por silencios
que excusan los letargos
de días, semanas y meses
sin hablarnos.
Estamos en guerra,
lo acabo de ver
en mi rostro
sereno de heridas
que arrastran sus hilos.
Estamos en guerra,
y así seguiremos
hasta que fuertes vientos
nos desdoblen altivos
de este momento.
Estamos en guerra,
¡qué sinsentido!
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