Caminé ajena a todo y a todos por las calles de este pueblo hoy saturado de diversas nacionalidades y rostros que se mezclan en la multitud.
Apenas he oído nada del ruido constante que me rodeaba, tal vez sea porque éste se ha metido en mi cabeza y ya no me deja sola en nigún momento, aunque sea caminando sola por la calle.
Casi aturdida en pleno centro, casi perdida por un recorrido que podría haber hecho con los ojos cerrados; así, desorientada, casi abandono todo sin dar explicación y escojo la vía menos lógica, como en las películas... pero no lo he hecho, será la cobardía, será el miedo a lo desconocido, será mi extrema e inexplicable responsabilidad, seré yo, sí, tal vez sea yo que estoy dentro de un bucle extraño y negativo por momentos... del que ansío salir pronto...
Aguardo la llegada de algún soplo de aire fresco.
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