"Y tú para ya, ¿no ves que hay una luz en el fondo de mi corazón?"

"Y tú para ya, ¿No ves que hay una luz en el fondo de mi corazón?"

sábado, 14 de agosto de 2010

¡¡¡Estic fins els mateixos c*****!!!

Pues eso, que estoy hastiada ya de este viaje de vuelta al origen de todo; de la vorágine que dio inicio a mi periplo vital de los dos últimos años...

Nada queda ya apenas de la persona exultante de felicidad que pisó de nuevo este lugar allá por mayo, volviendo a encontrarme con personas a las que nunca he olvidado desde que inicié mi andadura en este ingrato sector de la hostelería; las mismas personas que, afortunadamente, tampoco me habían olvidado y que sé que aunque me marche de nuevo de aquí dentro de pocas semanas, siempre van a estar en mi corazón, es inevitable, ingrato sector pero gratas personas por pocas que sean (también los/as hay de rango indefinible, toda sea dicho de paso)

Supongo que se me agotan las fuerzas, o las ganas, de seguir en esta rama profesional, por mucho que esto suene a lo mismo de cada año, si me "retiro" será por mero respeto a mi salud mental, pues aunque joven es estas lides, cada día me cuesta más mantenerme callada, y he de reconocer que no quiero convertirme en ese tipo de persona que se excusa en lo ardiente de su labor diaria para, sencillamente, andar fastidiando a los demás.

Hace más de una hora que le dije "Bona nit" al blog, pero mis ojos no quieren cerrarse aún ni mi mente se duerme, a pesar de haber terminado la jornada de hoy literalmente reventada; en mi departamento decimos que hay "un ruido de fondo" que nos agota la paciencia... ¡¡que pase rápido esta semana, lo necesitamos de verdad!!

Curioseando por otros blogs leo párrafos que me hacen sentirme identificada y, al mismo tiempo, hacen hervir mis ideas, que brotan como flores nocturnas.

He recordado que antes de esto yo era, a parte de una parada más en este país, una persona más o menos normal, y que, al menos, tenía paz; otra cosa son los fantasmas que me aturdieran y que quedaron olvidados en el mismo momento en que el avión despegó. Pero ahora me doy cuenta de que esa persona también se despegó de mí, aún no sé cómo ni cuándo, y tal vez sea por eso por lo que necesito volver a mi tierra, a mi casa, a mi gente, respirar aquel aire que mezcla el mar con el desierto, saber que aún en invierno la temperatura es cálida, pasar noches de insomnio leyendo o escribiendo, pero sobre todo, volver a ser yo, la persona que era, y la que verdaderamente quiero ser. Ya no tolero bien el desarraigo del que antaño fui amante.

Sé que es cuestión de días, son sólo cuatro semanas; y ya han pasado trece desde que llegué...

Busco alivio en la lectura compulsiva, en estos blogs, en el cine, paseando sola hasta los miradores de la playa para después sentarme en ellos frente a las olas que desafían la resistencia de la costa... intento no pensar, pero mis propios pensamientos me traicionan, y todo se convierte en una espiral. Después de noches imposibles, llegan mañanas aturdidas, y al mínimo descuido, todos los factores desencadenantes se hacen dueños de mí y me zarandean a su antojo... considero que no es justo.

Tal vez por esto mis ojos esta noche, y las que quedan, no quieren cerrarse ni mi mente adormilarse, para que al despertar ya esté aturdida... tal vez.

Ojalá que las analíticas médicas pudieran detectar síntomas de este tipo.

Ahora sí, bona nit.

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