No seas así.
Aquí, cada uno en su infierno particular. A mí no me molesta, siempre he defendido el derecho que tenemos a pasar temporadas en él... ¿por qué no? puede resultar edificante si sabemos sacarle partido; endurecernos frente a la crudeza del mundo real, ése que nos asesta golpes certeros en mitad del alma, que nos la extravía del cuerpo y de sí misma.
No es fácil, lo sé, ni siquiera para mí, ser indiferente, ignorar que me arden las manos, los ojos, las ideas... pero así son los infiernos personales de condenas por equívocos... porque no todo se hace siempre a nuestro gusto, no todos los aires nos dan su favor.
Sé que tarde o temprano morirán los momentos vividos; se apagarán lentamente, se convertirán en sombras borrosas, serán erosionados por el paso del tiempo duro que nos espera, ése en el que todo duele y todo pesa, pero tu tiempo y mi tiempo no estaban destinados a vivir unidos.
Tan injusto es el presente como tus prejuicios y mi bondad; tan ridículos el miedo, la vergüenza y los secretos... cuando todo pase nada de esto nos servirá.
Tal vez pudo haber sido lo que ya no será.
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