- Esta tarde venía pensando en ello, al sentir el frío, después del día de calor, y he recordado las temperaturas diurnas y nocturnas que se dan en pleno desierto.
Recién estrenada mi lectura de H. Murakami, "Al sur de la frontera, al oesta del sol", yo me llamaría a mí misma masoquista después de haber tragado a la fuerza con "Tokio Blues", pero debe de ser un rasgo del carácter, no me lo discutiré demasiado.
Me sorprende cómo una simple brisa fresca primaveral me evoca tantos y variados pensamientos, cómo si no tuviera otra cosa mejor que hacer... aunque en realidad así sea.
Mientras escribo esto miro de reojo la pila de libros "por leer" que un día empecé y casi devoré hasta más de la mitad y, de repente, los abandoné. Supongo que ellos también me miran de vez en cuando, esperando pasar a otra posición más provechosa en mis manos. Los dejé en el paro.
La Galera.
